Después de la cirugía bariátrica se producen diversos cambios en la función del tracto digestivo y en particular en la función esofágica. Por ello, en el postoperatorio, el paciente debe ser seguido por un equipo multidisciplinar formado por un cirujano, un dietista, un psiquiatra y un nutricionista. Este acompañamiento es la condición clave para el éxito de una cirugía bariátrica y permite mantener una buena salud a largo plazo.
Beneficios de la cirugía bariátrica
Antes de la cirugía bariátrica, es probable que el cuerpo presente múltiples trastornos psicológicos y funcionales como consecuencia del sobrepeso y el alta grasa corporal, como por ejemplo:
- Trastornos cardíacos
- Diabetes
- Depresión
- Artritis (inflamación de las articulaciones)
- Apnea obstructiva del sueño (AOS)
De hecho, después de la cirugía, los especialistas observan una reducción estimada del 25% en el riesgo de muerte por cáncer o trastornos relacionados con el corazón. Además, la diabetes puede desaparecer con el tiempo con una pérdida de peso muy importante.
¿Cómo funciona el sistema digestivo después de la cirugía bariátrica?
Se realizan varios exámenes digestivos antes de la cirugía bariátrica, ya sea bypass gástrico, banda gástrica o gastrectomía en manga, para evitar complicaciones postoperatorias. Estas consecuencias pueden ser potencialmente graves, incluida la posibilidad de recuperación de peso, daño neurológico o incluso deficiencias nutricionales. Además, las complicaciones tardías pueden afectar el sistema digestivo y provocar una mala función metabólica, según el tipo de cirugía bariátrica realizada.
Banda gástrica
La técnica consiste en colocar un anillo de silicona alrededor de la parte superior del estómago para reducir su volumen. Una vez que la porción superior esté llena de nutrientes, se alertará al centro de saciedad en el cerebro para que dé una sensación de saciedad. Entonces la persona come menos, lo que acelerará la pérdida de peso.
Bypass gástrico
Este procedimiento cambia el circuito alimentario donde los alimentos no siguen su recorrido habitual, sino que llegan directamente al intestino delgado, lo que reduce la absorción de calorías y provoca saciedad temprana. Puede haber un riesgo marcado de fístula ulcerosa.
Banda gástrica
Al transformarse en un tubo, el estómago ya no puede recibir grandes cantidades de nutrientes, que serán evacuados rápidamente al intestino delgado. Este fenómeno parece ir acompañado de una reducción del nivel de grelina secretada, lo que provocará una rápida sensación de saciedad.
Trastornos digestivos después de la cirugía bariátrica.
Después de la cirugía bariátrica, pueden aparecer algunos síntomas, que indican la existencia de problemas en el sistema digestivo del paciente, lo que en ocasiones requiere una consulta urgente con el cirujano. Entre los trastornos digestivos más marcados se encuentra el desarrollo de cálculos biliares (depósitos sólidos) provocados por una secreción excesiva de colesterol por parte del hígado. Esto requiere, en algunos casos avanzados, la extirpación de la vesícula biliar.
También es posible observar la aparición de una oclusión intestinal debido a la formación de tejido cicatricial alrededor de la incisión o al desarrollo de una torsión intestinal. Esta complicación provoca estreñimiento, náuseas y dolor abdominal. También es posible una fuga desde el estómago, donde el líquido del estómago puede derramarse hacia el abdomen, provocando peritonitis (inflamación de la membrana que cubre la cavidad abdominal). Los efectos secundarios de la peritonitis son fiebre, dificultad para respirar y náuseas.
Pasos a seguir después de la cirugía
Los programas de consulta se planifican con el paciente, dependiendo del tipo de operación realizada. De hecho, el seguimiento médico puede durar toda la vida para garantizar el bienestar del paciente y prevenir la mayoría de trastornos digestivos.
Generalmente, la dieta a seguir durante las dos primeras semanas, se basa principalmente en líquidos compuestos, en gran parte, por proteínas. En las siguientes dos semanas, la dieta debe tener una textura suave, siempre basada en alimentos ricos en proteínas. Sólo es posible ingerir alimentos sólidos a partir de la cuarta semana y en pequeñas cantidades.
Estas medidas ayudan a evitar las molestias digestivas provocadas por la cirugía y acelerar la recuperación y la reanudación de la vida diaria con una nueva vida.