Si después de consumir leche o queso sientes hinchazón, retortijones o problemas digestivos, es posible que seas intolerante a la lactosa. Es posible que sufra intolerancia a la lactosa. A diferencia de una alergia, esta reacción está causada por la dificultad para digerir la lactosa, un azúcar presente de forma natural en la leche y los productos lácteos no fermentados o ligeramente fermentados.
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¿Qué es la intolerancia a la lactosa?
La intolerancia a la lactosa es la incapacidad de digerir eficazmente la lactosa, el azúcar natural presente en la leche y sus derivados. Esto ocurre cuando el intestino no produce suficiente lactasa, la enzima esencial para descomponer este azúcar.
Sin lactasa, la lactosa no puede asimilarse correctamente. Entonces, llega al colon, donde fermenta y provoca síntomas desagradables: hinchazón, dolor abdominal, diarrea y flatulencia. Estos problemas pueden variar en intensidad de una persona a otra, pero suelen ser una fuente de molestias en la vida cotidiana.
¿Sabías que los bebés casi nunca sufren intolerancia a la lactosa? Esto se debe a que los bebés producen de forma natural grandes cantidades de lactasa para digerir la leche de su madre. Sin embargo, después del destete, esta producción disminuye gradualmente en algunas personas. Otras personas, en cambio, conservan un alto nivel de actividad de la lactasa en la edad adulta, lo que les permite seguir consumiendo productos lácteos sin problemas.
¿Te preguntas si esto es aplicable a tu caso o cómo puedes adaptar tu dieta? Descubre nuestros consejos prácticos y soluciones para vivir mejor con esta intolerancia.
Tipos de intolerancia a la lactosa
La intolerancia a la lactosa puede clasificarse en dos tipos:
- Intolerancia primaria a la lactosa: en este caso, el organismo no produce lactasa debido a un defecto genético. Por lo tanto, los síntomas de esta intolerancia son visibles desde la primera infancia.
- Intolerancia secundaria a la lactosa: este tipo de intolerancia se produce cuando la producción de enzimas se reduce temporalmente, aunque la deficiencia de lactasa no sea permanente. En este caso, el fenómeno es transitorio. La síntesis de lactasa se produce en respuesta a la estimulación dietética, es decir, cuando se incluyen leche y productos lácteos en la dieta. Si la ingesta de alimentos con lactosa es insuficiente, puede producirse una pérdida transitoria de la enzima.

Síntomas de la intolerancia a la lactosa
Los síntomas de la intolerancia a la lactosa suelen aparecer entre media y dos horas después de ingerir alimentos que contengan lactosa (azúcar de la leche). Los principales síntomas son:
- Meteorismo (hinchazón de la cavidad abdominal debida a la acumulación de gas en el intestino).
- Diarrea episódica.
- Flatulencias.
- Dolor de cabeza.
- Fatiga intensa.
- Dolores articulares y musculares.
- Calambres abdominales.
La gravedad de los síntomas depende de la cantidad de lactosa consumida. La mayoría de las personas con intolerancia a la lactosa pueden tolerar un cierto nivel de lactosa sin experimentar efectos adversos. Esta cantidad puede aumentar si la lactosa se consume con una comida o a lo largo del día.
¿Cuáles son las causas de la intolerancia a la lactosa?
La intolerancia a la lactosa puede deberse a diversos motivos. Las principales causas son:
- Predisposición genética: algunas personas nacen con una mutación genética que reduce su capacidad de producir lactasa, la enzima esencial para digerir la lactosa.
- Enfermedades digestivas: afecciones como la celiaquía, la enfermedad de Crohn o la colitis ulcerosa pueden dañar la pared intestinal y reducir la producción de lactasa.
- Ciertos cánceres digestivos: el cáncer de intestino delgado o de colon también puede afectar a la capacidad del organismo para digerir la lactosa.
- Envejecimiento natural: la mayoría de los adultos experimentan una disminución de la tolerancia a la lactosa con la edad, ya que la producción de lactasa se ralentiza gradualmente.
Diagnóstico de tu enfermedad
¿Sospechas que puedes ser intolerante a la lactosa? Para identificar la causa de tus problemas digestivos y descartar otros problemas de salud, es fundamental que te realicen un diagnóstico preciso. En Turquie Santé podemos ayudarte en todas las fases del proceso, poniéndote en contacto con los mejores gastroenterólogos y clínicas especializadas de Turquía.
Nuestros expertos evaluarán su estado de salud para descartar otras patologías como quistes o tumores benignos del hígado o síndrome del intestino irritable. Estas pruebas incluyen:
- Prueba del hidrógeno en el aliento: esta prueba sencilla y no invasiva mide la cantidad de hidrógeno en el aliento después de consumir una bebida que contenga lactosa. Si el nivel de hidrógeno aumenta, indica una mala digestión de la lactosa.
- Análisis de sangre: esta prueba analiza los niveles de azúcar en sangre después de ingerir lactosa. Si el nivel de azúcar en sangre no aumenta lo suficiente, sugiere intolerancia a la lactosa.
Pida cita hoy mismo con nuestros especialistas en Turquía para obtener un diagnóstico fiable y personalizado.

Tratamiento de la intolerancia a la lactosa en Turquía
¿Sufre intolerancia a la lactosa y cree que tiene que renunciar a todos sus placeres gastronómicos? Piénselo de nuevo. Aunque no hay una cura definitiva para la intolerancia a la lactosa, existen soluciones sencillas y eficaces que le permitirán vivir sin molestias. A continuación, le explicamos cómo adaptar su rutina diaria sin frustraciones.
Comprende y adapta tu dieta
La intolerancia a la lactosa no significa que tengas que eliminar los productos lácteos de tu dieta. Si se trata de una intolerancia secundaria (temporal),reintroduce gradualmente pequeñas cantidades de lactosa para estimular la producción de lactasa. Para el resto, que no cunda el pánico: hay muchas alternativas sabrosas sin lactosa. Piensa en leches vegetales (de soja, arroz o avena) o en productos lácteos sin lactosa diseñados específicamente para ello.
No descuides el calcio
El calcio es esencial, sobre todo para los niños, los adolescentes y las mujeres embarazadas o posmenopáusicas. No necesitas leche para obtener suficiente. Recurre a alimentos ricos en calcio como las verduras de hoja verde (brócoli, espinacas),las semillas oleaginosas (almendras, nueces),el pescado azul (sardinas, salmón) y los quesos curados, que son naturalmente bajos en lactosa.
Suplementos de lactasa: su aliado diario
¿Le apetece un placer culpable o sale a comer fuera sin saber si el plato contiene lactosa? Los suplementos de lactasa son la solución. Tomados antes de las comidas, ayudan a digerir la lactosa y evitan cualquier problema. Pero asegúrate de seguir las dosis recomendadas e instrucciones de uso para obtener el máximo rendimiento.
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