Un aneurisma de aorta abdominal presenta, en ocasiones, una patología mortal que consiste en una fragilización acompañada de una dilatación de la aorta abdominal. La aorta abdominal es la arteria más grande que transporta sangre desde el corazón a través del tórax hasta el abdomen. Algunos aneurismas pueden permanecer estables, mientras que otros pueden presentar un peligro para el cuerpo cuando la aorta se vuelve tan delgada que es susceptible de romperse. Por tanto, pueden provocar hemorragias internas. La buena noticia para las personas con aneurismas es que esta enfermedad es curable gracias a diversos tratamientos que pueden incluso prevenir una determinada rotura antes de que ocurra.
¿Cómo se diagnostica un aneurisma de aorta abdominal?
Generalmente, el aneurisma de la aorta abdominal no se detecta por ningún síntoma específico, especialmente al principio. En cambio, se puede diagnosticar mediante exámenes médicos como ecografía y resonancia magnética, y tomografías computarizadas de otras patologías. Estos exámenes permiten una visualización clara de la aorta para detectar cualquier anomalía. Tras el diagnóstico, el médico puede determinar el estadio del aneurisma detectado:
- Aneurisma de aorta abdominal pequeño: no presenta ningún síntoma, sin embargo, se recomienda un seguimiento periódico para prevenir cualquier riesgo de complicación.
- Si el diámetro de la aorta abdominal es superior a 5 cm o igual, el aneurisma se manifiesta bien.
Se debe realizar un estudio preoperatorio para evaluar el tamaño y la ubicación del aneurisma. Esto también puede ayudar a controlar la función cardíaca y pulmonar y detectar la aparición de otros posibles aneurismas en las piernas y las rodillas. La rotura de la aorta puede evidenciarse por dolor abdominal o de espalda que siente el paciente, lo que requiere una intervención urgente para prevenir o detener el sangrado. Si el aneurisma es muy grande, el paciente puede tener una masa pulsante en el abdomen.
Tratamiento de la dilatación aórtica abdominal.
Un aneurisma abdominal puede tratarse mediante atención médica, cirugía abierta o reparación endovascular. Por tanto, el tratamiento considerado depende del tamaño y la ubicación del aneurisma.
Seguimiento y atención médica.
Para seguir la evolución del aneurisma es recomendable realizar exámenes médicos de imagen con control de la presión arterial. Sin embargo, no se debe pasar por alto la importancia de dejar de fumar y hacer ejercicio regularmente. También se recomienda una reducción de los niveles de colesterol como parte de un estilo de vida saludable.
Cirugía abierta del aneurisma
La cirugía de los aneurismas de la aorta abdominal sigue estando indicada una vez que el aneurisma supera los 5 cm, con mayor riesgo de rotura. El tratamiento quirúrgico consiste en abordar la aorta afectada, mediante un procedimiento abierto, para sustituirla por una prótesis, el llamado injerto aórtico. Este se presenta como un tubo sintético que reemplaza la porción del aneurisma de la aorta abdominal. Si se detecta afectación de la arteria ilíaca, se debe extender el implante. Sin embargo, la cirugía puede presentar riesgo de complicaciones postoperatorias debido a la apertura del abdomen. Por este motivo, se recomienda encarecidamente un período de convalecencia más prolongado.
Reparación endovascular (stent aórtico)
La reparación endovascular es una técnica menos invasiva que la cirugía abierta y consiste principalmente en insertar una endoprótesis en la luz arterial (la aorta aneurismática). Este tratamiento no requiere abrir el abdomen, una simple incisión en la ingle para introducir este pequeño tubo de malla es suficiente para evitar la rotura de la aorta. La técnica se realiza bajo anestesia local o general con un tiempo de recuperación más corto que la cirugía. Además, el riesgo de mortalidad es mucho menor.
Prevención del aneurisma aórtico abdominal.
Para reducir el riesgo de aparición o desarrollo de un aneurisma, es importante:
- Sigue una dieta equilibrada
- Deja de fumar
- Practica actividad física regular
- Controlar la diabetes y la presión arterial.
Estos son factores de riesgo que no deben descuidarse y deben controlarse periódicamente. Para mayor prevención, los especialistas aconsejan realizar un cribado sistemático generalmente a partir de los 65 años mediante ecografía Doppler para evaluar el diámetro de la aorta abdominal.