El cáncer ocular es una enfermedad caracterizada por la proliferación de células anormales dentro del ojo. Estas células cancerosas pueden invadir progresivamente y destruir los tejidos circundantes del ojo.
El retinoblastoma es más frecuente en niños, mientras que el melanoma coroideo es más frecuente en adultos.
Para optimizar las posibilidades de curación, es necesario un diagnóstico precoz y un tratamiento multidisciplinar temprano. Para ello es necesario sensibilizar a la población para que reconozca los signos de alerta de esta enfermedad y consulte a un oftalmólogo si sospecha que puede padecerla.
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Tipos de tumores oculares malignos
Los tumores oculares malignos pueden afectar a diversas estructuras oculares. Pueden afectar a los párpados, la órbita o sus anillos, la conjuntiva o incluso al ojo en su conjunto. Aunque variados, estos tumores tienen características comunes y enfoques terapéuticos específicos.
| Tipos de tumores oculares | Características |
| Tumores de párpado | La mayoría de los tumores de párpado son de naturaleza benigna y pueden tratarse eficazmente mediante cirugía. En los casos más avanzados, pueden considerarse tratamientos complementarios como la radioterapia o la terapia dirigida. Aunque algunos tumores de párpado pueden ser más agresivos y dar metástasis, el diagnóstico precoz y el tratamiento adecuado suelen dar excelentes resultados. |
| Tumores conjuntivales | Los tumores de la conjuntiva, la membrana transparente que recubre la parte blanca del ojo, suelen tratarse con una combinación de cirugía y radioterapia. Aunque estos tumores pueden ser más difíciles de erradicar por completo, los avances de la investigación en Turquía ofrecen nuevas perspectivas terapéuticas, gracias en particular a la inmunoterapia y la terapia dirigida. |
| Tumores de la órbita | En la órbita, la cavidad ósea que contiene el globo ocular, también pueden aparecer tumores. Suelen ser más raros y requieren un enfoque diagnóstico y terapéutico específico. La biopsia es el método de referencia para confirmar el diagnóstico y determinar el tratamiento más adecuado. |
| Tumores intraoculares | Los tumores primarios del ojo (retinoblastoma, melanoma coroideo, linfoma ocular primario) y las metástasis oculares (de otros cánceres como pulmón, mama o colon) requieren un tratamiento especializado por parte de un oncólogo oftalmólogo. El diagnóstico se basa en exámenes clínicos y de imagen (ecografía). |
Causas del cáncer ocular
Muchos factores pueden contribuir al desarrollo del cáncer ocular. Los principales son :
- Edad: el melanoma intraocular afecta principalmente a personas de entre 50 y 70 años, con un pico de incidencia en torno a los 55 años. Es poco frecuente en niños y ancianos.
- Origen étnico: Las personas de ojos claros (azules, verdes, grises) tienen de 2 a 3 veces más probabilidades de desarrollar un melanoma uveal que las de ojos marrones.
- Historial médico: Afecciones como la melanosis ocular o el síndrome del nevo displásico pueden ser factores de riesgo.
- VIH/SIDA: La infección por VIH aumenta la vulnerabilidad a ciertos cánceres oculares.
- Genética: Ciertas mutaciones genéticas, en particular las del gen BAP1, se asocian a un mayor riesgo de melanoma uveal.
- Factores profesionales: Los soldadores están especialmente expuestos al riesgo de melanoma intraocular debido a la exposición a los rayos UV emitidos por sus herramientas de trabajo.
- Exposición prolongada a los rayos UV: los rayos ultravioleta del sol o de los equipos de bronceado dañan el ojo y aumentan el riesgo de melanoma, carcinoma de células escamosas y carcinoma de células basales.
Síntomas del cáncer ocular
Las primeras fases del cáncer ocular suelen ser silenciosas, sin síntomas aparentes. A medida que el tumor crece, puede provocar cambios en los tejidos del ojo, afectando a la visión.
Los síntomas más frecuentes son:
- Cambios en el iris: aparición de una mancha oscura, deformación del iris.
- Problemas visuales: visión borrosa, pérdida parcial o total de la visión, percepción de cuerpos flotantes (moscas volantes),destellos de luz o sombras.
- Anomalías pupilares: cambios en el tamaño o la forma de la pupila.
- Alteraciones oculares: protrusión del ojo (exoftalmos),enrojecimiento persistente, presencia de una masa visible.
En los niños, el retinoblastoma puede manifestarse como leucocoria (reflejo blanco o plateado en la pupila) y estrabismo (ojo bizco).
Diagnóstico del cáncer ocular
El diagnóstico del cáncer ocular suele basarse en un examen clínico exhaustivo realizado por un oftalmólogo. Este examen incluye un fondo de ojo con dilatación pupilar y una ecografía ocular para visualizar en detalle las estructuras internas del ojo.
En los adultos, puede realizarse una biopsia si se sospecha un melanoma, con el fin de determinar con precisión el tipo de tumor y evaluar el riesgo de metástasis. Este procedimiento permite ajustar al máximo el tratamiento y seguir de cerca la evolución de la enfermedad.
En los niños se suelen evitar las biopsias por el riesgo de diseminación tumoral. Pueden preferirse otras pruebas de imagen, como la resonancia magnética, para establecer el diagnóstico y controlar la evolución de la enfermedad.
Tratamiento del cáncer ocular en Turquía
El cáncer de ojo y los tumores oculares requieren un tratamiento oncológico altamente especializado para preservar la visión y evitar la propagación de la enfermedad.
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La terapia de protones, una radioterapia de precisión, suele ser el tratamiento preferido para el cáncer ocular. Este procedimiento utiliza haces de protones altamente selectivos que destruyen las células cancerosas preservando el tejido sano circundante.
En los casos más complejos, puede ser necesario un enfoque multidisciplinar que combine cirugía, radioterapia, quimioterapia, inmunoterapia y terapia dirigida. La cirugía, ya sea convencional o con láser, puede extirpar tumores, sobre todo los más pequeños, con gran precisión.
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Los síntomas más frecuentes del cáncer ocular:
- Mancha oscura en el ojo y su iris.
- Visión borrosa (desenfoque, pérdida de visión).
- Ver formas que flotan como puntos o líneas onduladas.
- Ver sombras o relámpagos.
- Cambio del tamaño de la pupila.
- Desplazamiento del globo ocular de su órbita.
- Masa en la superficie del ojo.
- Enrojecimiento persistente del ojo.
