¿Crisis de taquicardia? ¿Un aumento de la frecuencia respiratoria con palidez significativa después de un shock o un accidente? Probablemente estés enfrentando un sangrado que afecta las cavidades de tu cuerpo como el abdomen y el tracto digestivo, así como los tejidos que rodean los huesos rotos. Lo que se llama hemorragia interna . Sin embargo, es posible que no haya síntomas aunque el órgano o área afectada esté sangrando.
¿Qué es la hemorragia interna?
El sangrado interno o también conocido como hemorragia es un flujo de sangre que se produce fuera del torrente sanguíneo, ya sea a través de arterias o venas. El sangrado no externo no es visible a simple vista, como en el caso de las hemorragias abdominales o cerebrales, sino el interno, que se produce tras un accidente, shock o traumatismo relacionado con muchas causas, como un ictus vascular cerebral o un aneurisma abdominal. Este fenómeno requiere en la mayoría de los casos una intervención urgente para ser tratado por personal médico y paramédico en instituciones autorizadas.
Síntomas de hemorragia
Los signos aparentes se determinan según la gravedad de la hemorragia interna. Generalmente, los principales síntomas son:
- sudores frios
- Vértigo
- Pérdida de consciencia
- Disminución de la presión arterial
- Mareo
- Desmayo (mientras está de pie o sentado)
- Sed
- Vómitos
- Decoloración de las membranas mucosas.
Otros síntomas también pueden indicar la presencia de sangrado severo, como aumento de la frecuencia cardíaca y taquipnea, lo que se conoce como un aumento anormal de la frecuencia respiratoria. Estos síntomas pueden estar asociados con la ansiedad. Cabe señalar que es posible que la víctima no sienta ningún trastorno, especialmente en estado de shock.
Causas de hemorragia interna.
Existen diversas causas de hemorragia interna además de los accidentes de tráfico (ATR) o el shock, que requieren hospitalización o incluso reanimación. Entre ellos destacamos:
- Ruptura del embarazo: Cuando se trata de un embarazo ectópico, puede haberse producido una hemorragia interna una vez que el óvulo se desarrolla en la trompa, provocando que ésta estalle.
- Hemorragia obstétrica: por rotura uterina o retención placentaria.
- Hemorragia digestiva: se puede recomendar un angioscanner para visualizar los vasos atacados que no son visibles en la radiografía.
- Traumatismos en abdomen, tórax y riñón.
- Fracturas pélvicas y femorales: Generan hemorragias internas muy importantes.
Por tanto, las complicaciones postoperatorias pueden presentar una causa importante de sufrir hemorragia interna. Muchas personas son más susceptibles a sufrir hemorragias internas que otras, incluidos los pacientes que reciben terapia anticoagulante. También aquellos que padecen algún tumor con considerable vascularidad. Las personas mayores también son personas de riesgo ya que presentan fragilidad vascular.
Primeros auxilios para la víctima.
El primer paso es brindar primeros auxilios, comenzando por colocar a la víctima en posición acostada mientras levanta ambas piernas. En caso contrario, si el paciente no puede respirar, el socorrista deberá colocarlo en posición semisentada o de lado si está inconsciente. Luego, llama a la UAS y que informen de todas las circunstancias del accidente sufrido por la víctima. Sin embargo, es necesario evitar darle comida o bebida al paciente, y evitar administrarle aspirina, ya que diluye la sangre y aumenta el sangrado. También es importante permanecer cerca de la víctima tranquilizándola hasta la llegada de ayuda.
Atención hospitalaria por hemorragia interna.
La víctima debe ser atendida por un profesional de la salud para prevenir cualquier riesgo de complicación en su estado crítico. Así, el primer diagnóstico consiste en realizar una tomografía computarizada para determinar el origen del sangrado y delimitar la zona afectada. Se debe realizar un análisis de sangre para evaluar la cantidad de sangre perdida, que es un indicador importante del tratamiento. El tratamiento de urgencia consiste en detener la hemorragia en el ámbito hospitalario mediante transfusiones de sangre o tratamiento farmacológico de las venas si se trata de un caso crítico. Algunas situaciones requieren cirugía o intervención endoscópica para detener la pérdida de sangre y curar el vaso afectado.