¿Qué es la gonartrosis?
La gonartrosis, comúnmente conocida como artrosis de rodilla, es una enfermedad crónica caracterizada por el desgaste progresivo del cartílago articular de la rodilla. A diferencia de la artritis de rodilla, que es una inflamación de las articulaciones, la gonartrosis es una degeneración mecánica.
Es importante señalar que cierto desgaste del cartílago es natural e inevitable con la edad. Es una parte normal del proceso de envejecimiento. Sin embargo, en el caso de la gonartrosis, este desgaste se vuelve excesivo y supera lo que cabe esperar para la edad y el estilo de vida de la persona.
La gravedad de la gonartrosis se clasifica en varios estadios: leve, moderada y grave. La correlación entre el grado de artrosis y los síntomas no siempre es directa.
De hecho, algunos pacientes que padecen artrosis leve pueden experimentar más dolor que los que padecen artrosis moderada o incluso grave.
Objetivo del tratamiento: controlar, no curar
El objetivo del tratamiento de la artrosis de rodilla es controlar los síntomas y mejorar la calidad de vida del paciente, más que curar la enfermedad en sí. El enfoque del tratamiento es individualizado y depende de una serie de factores, entre los que se incluyen:
- Gravedad de la artrosis: las opciones varían en función del estado del cartílago y del impacto en la función articular.
- Síntomas: Dolor, rigidez, movilidad limitada, etc.
- Estado general de salud: Presencia de comorbilidades que pueden influir en la elección del tratamiento.
- Factores socioprofesionales y deportivos: Necesidades y expectativas funcionales del paciente.
- La edad biológica prevalece sobre la edad cronológica.
La edad del paciente no es un factor determinante en sí mismo. Es más pertinente tener en cuenta la edad biológica, es decir, el estado de salud general del paciente y su capacidad para tolerar la cirugía.
Diferencia entre curar y tratar la artrosis de rodilla
La distinción fundamental radica en la diferencia entre curar y tratar la artrosis. La curación implica la eliminación definitiva del origen del problema. En el caso de una artrosis de rodilla grave, la sustitución articular sigue siendo la única solución curativa.
El tratamiento, en cambio, pretende aliviar los síntomas sin abordar la causa subyacente. Hay casos en los que los pacientes que padecen artrosis grave no pueden (por motivos de salud) o no desean someterse a una artroplastia de rodilla.
Infiltración de la rodilla: ¿en qué consiste?
La rodilla, articulación compleja sometida a esfuerzos cotidianos, es especialmente sensible a la artrosis. Esta enfermedad degenerativa provoca un desgaste progresivo del cartílago, causando dolor, rigidez y molestias en los movimientos. Para aliviar estos síntomas y preservar la integridad de la articulación, las infiltraciones de rodilla son una opción de tratamiento eficaz.
La infiltración de rodilla consiste en inyectar productos terapéuticos directamente en la articulación afectada. Este enfoque específico optimiza la acción de los fármacos al actuar directamente sobre la zona inflamada y dolorida.
Infiltraciones de rodilla: ¿cuándo son necesarias?
Las infiltraciones de rodilla pueden ser especialmente útiles en los siguientes casos:
- Artrosis localizada en uno o varios compartimentos de la rodilla.
- Inflamación moderada.
- Estadios iniciales o moderados de la artrosis.
- Fracaso de los tratamientos farmacológicos.
- La eficacia de las infiltraciones varía en función de la persona y del tipo de sustancia inyectada.
Consulte a un cirujano ortopédico cualificado para determinar si la infiltración de rodilla es una opción adecuada para usted. El médico evaluará su estado, analizará con usted las opciones de tratamiento y le orientará para que tome la mejor decisión para su salud.
Técnicas de infiltración de rodilla en Turquía
La artrosis de rodilla puede provocar fuertes dolores e impedir la movilidad. Cuando los analgésicos ya no son suficientes, la infiltración articular puede ofrecer una solución eficaz.
En Turquía, se suelen utilizar varias sustancias para las infiltraciones de rodilla:
- Cortisona: Esta hormona natural con propiedades antiinflamatorias reduce rápidamente el dolor y la inflamación de la articulación.
- Ácido hialurónico (AH): Este gel lubricante actúa como viscosuplemento, mejorando la lubricación y reduciendo la fricción entre los huesos de la rodilla.
- Plasma rico en plaquetas (PRP): Obtenido de la propia sangre del paciente, el PRP contiene factores de crecimiento y plaquetas que favorecen la regeneración de los tejidos y reducen la inflamación.
- Células madre mesenquimales: Estas células, inyectadas en la articulación, no sustituyen a las células dañadas, sino que estimulan la producción de factores de crecimiento y tienen un efecto antiinflamatorio.
La infiltración en la rodilla es un procedimiento médico rápido y mínimamente invasivo. Bajo control ecográfico o radiológico, el médico inyecta el producto con una aguja fina, tras desinfectar la zona de inyección. El procedimiento suele durar unos minutos y sólo requiere anestesia local.
Resultados alentadores para recuperar la movilidad y el confort
Las infiltraciones de rodilla suelen producir una reducción significativa del dolor y la inflamación, mejorando la movilidad y la calidad de vida de los pacientes. Los efectos positivos de este procedimiento pueden durar varios meses, proporcionando un bienvenido respiro a los síntomas de la artrosis.
Al aliviar el dolor y la inflamación, las infiltraciones de rodilla contribuyen a frenar la progresión de la artrosis y a preservar la integridad de la articulación. Por lo tanto, representan una valiosa alternativa para los pacientes que padecen artrosis de rodilla, permitiéndoles volver a una vida cotidiana más cómoda y activa.
